Fui a la sesión con curiosidad y un poco nerviosa. Gracias al recibimiento cálido de Esther, los primeros minutos que estuvimos charlando para saber qué necesidades quería atender dejé de estar a la expectativa y empecé a disfrutar del momento.

Hablar de qué hace en una sesión energética no tiene mucho sentido, todas son distintas, os invito a que lo viváis. Lo que sí me gustaría compartir es cómo aquella experiencia me conectó con partes de mí de una manera diferente y que hizo su trabajo durante unos meses, ayudándome a desbloquear algunos temas. Sobretodo, ha estado el punto de partida de reemprender mi energía, la que meses atrás sentía densa, baja, confusa… incluso desaparecida… De hecho, para acabar de asentar lo que se movió en 3 meses hablé con Esther para volverla a hacer.

Gracias por acompañarme en este proceso y hacerme sentir cómoda y cercana.

Mireia, 38 años, responsable atención al cliente

En cuanto a la ‘forma’ yo la definiría como una terapia suave, casi diría dulce, agradable. También respetuosa a la medida que iba proponiéndome cosas a hacer que yo podía aceptar o no. En cuanto al ‘fondo’ es una terapia energética potente. Pude sentirlo en los días siguientes de haberla recibido. Tan importante como todo lo anterior fue la integración. Me ayudó a asimilar toda la información que recibí y las sensaciones en relación a los reajustes energéticos que tuve en los días posteriores.

José Luís, 57 años, administrativo

Una sesión con Esther es un masaje para el alma. Abre un espacio que permite que salgan emociones retenidas y miedos escondidos, reforzando el espíritu para ayudar a sanar. Tiene mucha sensibilidad para ver más allá de lo que normalmente se comparte en otro tipo de sesiones de terapia. Es una curación espiritual. Gracias Esther por acompañarme en este proceso.

Sergi, 45 años, comercial

Para mí ha sido muy enriquecedor y nutritivo la terapia energética con Esther. Trabajar con ella me lleva a conectar con la raíz de mi desasosiego y de mi confusión.

Esther tiene una gran lucidez para percibir mi alma y escuchar en qué momento me encuentro. Los mensajes que me llegan de ella son muy claros, muy directos, resuenan dentro de mí y me ayudan a poner consciencia a cómo estoy y a no descuidarme emocionalmente.

Vuelvo de las sesiones con una claridad vital que me permite escucharme y así descansar por dentro. Me lleva a comprender que estoy continuamente en un proceso del cual sólo veo la parte visible y lo que me explico desde la cabeza, y a través de su trabajo conecto con la parte invisible, energética, emocional…

Los ejercicios que me propone hacer en casa, con músicas e imágenes… me dan mucha paz y luz.
Trabajar con ella me permite una profunda reconexión conmigo misma. Gracias Esther por este acompañamiento tan sabio y amoroso.

Mercè, 60 años, terapeuta y escritora